Mi impresión del viaje fue... bueno ¿por dónde empezar?... no sé, tengo un cúmulo de recuerdos y sensaciones que ahora no puedo resumir, quizá sirvan de ejemplo los siguientes restos de mi memoria:

* Colores y olores, mil y uno.

* Paisaje: esperaba un Marruecos ocre, amarillo y seco, pero desde Chauen hasta la entrada del desierto mis ojos veían Asturias o Cantabria. Verde que te quiero verde.

* Gente: muy variada, igual que en otros lugares, pero hay un aspecto que me llamó mucho la atención: su hospitalidad y agasajo para los extranjeros amigos de amigos.

Y también entre ellos un sentimiento de compañerismo y ayuda que en España no se ve muy a menudo, es increíble cómo casi sin hablar saben que alguien necesita un favor y ahí están dispuestos a hacer lo que sea para echar una mano, además aparecen y desparecen como por arte de magia.

Yo personalmente, me sentía una reina mora.
Hassan y sus detalles (tís riquísimos acompañados de frutas, dulces y manjares).

YO TENGO QUE VOLVER ALLÍ CON MI AMOR, PORQUE LAS ESTANCIAS SON DE ENSUEÑO Y EL TRATO... AGASAJÁ, NO CABE OTRA PALABRA.